Hay veces que marcar la diferencia en tu día a día para ser un poco más feliz no es tan complicado como parece, y no nos engañemos, hay cambios que dependen exclusivamente de nosotros, aunque a veces tendamos a pensar que dependen de las circunstancias y no podemos hacer nada al respecto.
Pequeños cambios en nuestras rutinas y en nuestra forma de ver las cosas pueden tener un gran efecto positivo en la calidad de nuestras experiencias en el trabajo. No os estoy hablando de hacer grandes cambios que requieran largo tiempo o mucho esfuerzo, sino de acciones fáciles que pueden mejorar de inmediato tu estado de ánimo.
Me gustaría dejaros algunos de los consejos que me parecen más útiles para lograrlo. Hay muchos, es cierto, y aquí os dejo algunos de los que más me gustan ¡pero tranquilos! puede que haya una segunda parte para este post, vayamos “step by step” 🙂 :
1. Aleja las prisas por la mañana
Ya comentaba en algún otro post lo importante que es no ir con prisa el primer día de trabajo al volver de vacaciones, pero debo decir que es una “best practice” que deberíamos transformar en rutina. Sé que cuesta no alargar esos 10 minutos en la cama, pero os prometo que esos 10 minutos pueden resultar mucho más beneficiosos si te evitan llegar tarde, tener que correr, estresarte por no llegar, etc… Tómate tu tiempo por las mañanas y si puedes, desayuna algo antes de salir, dedícate 10 minutos, te sentará muy bien y cogerás el día con más fuerza.
2. Date más crédito
No me refiero a no esforzarte, sino a date palmadas mentales en tu espalda a medida que vayas consiguiendo cosas que aparentemente siempre deben estar bien. Hacer las cosas bien tiene mérito, por pequeñas que sean, alégrate por ello y felicítate porque eso aumenta tu sensación de logro.
3. Disfruta de la naturaleza humana
Este es uno de los ejemplos que más me gusta :). Seamos realistas, la gente a veces hace cosas muy extrañas. Ante esto tenemos dos opciones, irritarnos, enfadarnos, decepcionarnos…o celebrar, apreciar esas cosas o acciones que hacen a las personas ¡únicas! Pregúntate ¿qué puedo aprender, imitar, aprovechar de la rareza de los que me rodean? ¡Hay rarezas que son súper útiles! Sí, es verdad, algunas rarezas nos molestan…pues intentemos tomárnoslo de la mejor forma posible, ver la parte positiva y trabajar nuestra flexibilidad y creatividad para sacar lo máximo de esa situación. ¿Con qué opción te quedas?¿La que te pone de mal humor? ¿O la que te es útil?
4. Simplemente, sonríe más a menudo
Por dos motivos, porque cuando sonríes le estás diciendo a tu cerebro que sea más feliz (intenta estar deprimido con una enorme sonrisa en tu cara), y lo segundo porque ¡es contagioso! Cuando tu sonríes, la gente a tu alrededor también lo hace, y eso crea enormes efectos positivos a tu alrededor.
5. Se agradecido
Dar las gracias parece fácil o incluso lo es, pero a veces se nos olvida. No debemos dar por hecho las cosas, agradezcamos a la gente su tiempo, su ayuda, su sonrisa, su respuesta, su atención…os prometo que ayuda.
Mil GRACIAS por leer 🙂
Anna
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