Los principios de la vida son como la bici, las ruedas representan el espíritu y la mente, el marco es el cuerpo y para que logren llegar al punto deseado deben de estar siempre coordinados.
La falta de sueño perjudica la memoria, la atención, el razonamiento lógico, las habilidades motoras y el humor, todos ellos factores críticos en los procesos educativos de enseñanza y aprendizaje. El proceso metabólico le permite al
cuerpo convertir los alimentos que ingerimos en energía, para su óptimo funcionamiento y salud.
Por lo tanto, es necesario que busquemos siempre el equilibrio de nuestro metabolismo, no solo con la alimentación sino también con un sueño reparador. Nuestro cuerpo utiliza de inmediato el combustible generado por este proceso, sin almacenar nada extra para el uso futuro; gran parte de ello es grasa.
El sueño es fundamental para que exista un verdadero descanso reparador, la calidad del mismo no se debe medir solamente en el tiempo que se duerme. Es muy importante pasar por los procesos de desconexión para que el cerebro logre los niveles máximos de descanso. Al lograr un sueño efectivamente reparador se está mejorando sistemáticamente el metabolismo lo cual contribuye a alcanzar el peso ideal de manera saludable y merma las posibilidades de sufrir episodios de estrés y depresiones.
La falta de sueño puede afectar directamente a las hormonas que regulan el azúcar en la sangre, el almacenamiento de grasa, el apetito y a sentirse satisfecho. Ejemplo, la hormona ghrelina elevada conduce al aumento del apetito, resultando en una incorrecta secreción de insulina, irregularidades de azúcar en la sangre y al aumento de cortisol, que contribuye a una mayor acumulación de grasa.
Un metabolismo debilitado, a su vez, puede hacer que se sienta más cansado y aumente su riesgo de obesidad, síndrome metabólico, diabetes, enfermedades del corazón e incluso de desarrollar cáncer.
Cuando atiendo personas que desean alcanzar su peso de manera saludable y llegamos a la parte en la que discutimos el sueño lo primero que me dicen es que duermen muy bien, porque se acuestan a las 9:30 p.m. y se levantan a las 6:30
a.m., es decir han dormido nueve horas. Al hacer las preguntas y valoraciones pertinentes se logra determinar que no es cierta tanta dicha de Morfeo y empiezan a salir a flote los malos hábitos respecto a la calidad del descanso.
Por ejemplo, sí es cierto que duermes ese número de horas, pero durante la noche se presentan episodios de agitación, movimiento de miembros inferiores y superiores descontrolados o intensos, rápido movimiento de los globos oculares,
te despiertas más de tres veces durante el ciclo del sueño, hace que te levantes cansado, despiertas con dificultad, durante el día estás agotado, presentas estados de sueño, microsueños, estados de irritabilidad, sientes que olvidas muy rápido las cosas que son de la vida diaria, entre muchas consecuencias más.
Junto con el sueño, factores como los hábitos alimenticios y dietéticos, los niveles de estrés y el ejercicio, pueden repercutir en la forma como tu cuerpo ejecuta sus funciones esenciales.
Francisco Javier Restrepo Ch
Facilitador en estilos de vida saludable.
Especialista en procesos de envejecimiento y vejez.
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