La mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos en el trabajo. Estando allí, ¿cuánto nos preocupamos por mantener un buen clima entre compañeros y medir la cultura de una organización? Porque aunque no lo queramos admitir, nuestra felicidad individual muchas veces depende del ambiente laboral. Entonces, es importante que las empresas tomen cartas en el asunto y hagan de la cultura de la felicidad su modelo de negocio.
El mundo se mueve en busca de la felicidad
Desde hace décadas el Producto Bruto Interno (PIB) ha sido la medida para el bienestar general de las personas, pues da a conocer la salud de la economía de un país. Pero en 1968, Robert Kennedy dijo al mundo que el PIB “mide todo, excepto lo que hace que la vida valga la pena ser vivida”.
Como respuesta a su inquietud, 30 años más tarde, nació la psicología positiva con el Dr. Seligman. Esta rama se define como el estudio científico del funcionamiento óptimo humano, de nuestras fortalezas y virtudes individuales que nos hacen excepcionales a nuestra propia manera.
Con un concepto que vela por nuestro desarrollo, no es de extrañar que en 2006 el movimiento de Empresas B (BCorp) entendiera la importancia de crear organizaciones que no solo sean las más rentables y más exitosas, sino que sean mejores para el mundo.
Para lograrlo el factor humano es primordial. El nuevo enfoque empresarial ya no solo se preocupa por la salud de la organización, también vela por el bienestar de sus empleados, la comunidad y el medio ambiente. Son organizaciones que están redefiniendo el sentido del éxito con una convicción en común: “ser el cambio que quieren ver en el mundo”.
¿Cómo debe ser el modelo de negocio de una cultura de felicidad?
Si nuestro modelo es la felicidad, debemos saber cómo medirla y cuáles son los puntos esenciales para implementarla.
Medir la felicidad en una compañía no se trata solamente de las sonrisas. Cuando nos vamos a los números, Francisco Marqués, subdirector técnico del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, asegura que hay un retorno de 3 euros por cada euro invertido en bienestar. En otras palabras, sembrar un buen clima de trabajo hará que la plantilla trabaje de manera más efectiva.
Dicha idea se ve apoyada en un estudio dirigido por una universidad británica, en el cual se afirma que el coste para una empresa es más alto cuando las personas acuden a sus puestos de trabajo y no rinden, que cuando simplemente no se presentan. ¿Aún quedan dudas sobre la importancia del bienestar y la felicidad?
Pues respondamos entonces a esta pregunta; ¿cuáles son los puntos esenciales para implantar una cultura empresarial de felicidad?
- Crear compromiso: La falta de compromiso es la primera causa de fracaso de un proyecto empresarial. Cuando un empleado no está comprometido, no titubea ante la posibilidad de irse a otra compañía.
- Crear valores propios: Hoy en día los valores empresariales no son solo palabras como la honestidad, el respeto, la excelencia…los puedes hacer tuyos. Por ejemplo, un valor podría ser “creamos relaciones con nuestros compañer@s” o “siempre buscamos ser mejores”, etc.
- Transparencia: Se trata del compromiso a ser uno mismo, integrar la vida laboral y personal, y poder hablar con confianza y sin miedo sobre lo malo y lo bueno que pasa en la empresa.
- Establecer un propósito empresarial compartido: De nada sirve tener un propósito empresarial en el área de marketing y otro en la gerencia. Los propósitos deben ser los mismos para todos los trabajadores, de modo que la empresa se encamine en lograr sus objetivos como un conjunto.
- Crear relaciones con sentido: Cuando la gente se siente implicada con su entorno, crea y desea crear relaciones armoniosas con la empresa y sus compañer@s de trabajo.
- Construye el equipo adecuado: El capital humano lo es todo. Sin él una organización no puede avanzar. Por eso es necesario contratar lento y con cautela, pero despedir rápido cuando no se comparten y no se viven los valores.
En definitiva, conserva el bienestar entre los integrantes de tu plantilla para que tu empresa crezca y rinda frutos. Lleva el modelo de negocio de la felicidad como guía de ruta, y apuesta por la humanización de tu empresa.
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