¡Hola!

El post de hoy va dedicado a las personas que tienen miedo al conflicto. No se trata de ir buscando conflictos pero sí de ser capaz de lidiar con  ellos y de manejarlos de manera que no dirijan nuestra vida.

A continuación te dejo una serie de preguntas de reflexión que son importantes y que te ayudarán a conocerte mejor:

  • ¿Cómo definirías la palabra “conflicto”?
  • ¿Cómo afrontas los conflictos?
  • ¿De qué tienes miedo?
  • ¿Qué esperas que pase si no lo hablas?
  • ¿Qué beneficios podría aportarte salir de tu zona de confort y enfrentarte al problema?
  • ¿Con qué temas y entornos te pasa?
  • ¿Si supieras que vas a salir airoso, te enfrentarías a algo?
  • ¿Qué oportunidades pueden  existir en los conflictos?

Muchas veces, asociamos la palabra conflicto a connotaciones negativas cuando  en realidad no tiene por qué haber un ganador y un perdedor si no que puede ser simplemente una oportunidad y un beneficio para ambas partes. Es verlo desde una perspectiva de colaboración y no de competición. Muchos conflictos nacen simplemente por una confrontación de egos, así que es importante ser consciente de ello y pensar qué beneficios te aporta satisfacer a tu ego y que beneficios te aportaría solucionar el conflicto. Puede que la balanza se decante a solucionar el conflicto!

En general, cuando hay un problema y no nos enfrentamos al mismo, no suele desaparecer por si solo si no que se hace más grande con el tiempo, te persigue y cada vez te preocupa más.

Te propongo 6 pasos para gestionar un conflicto:

  • Gestionarlo  a tiempo: cuanto antes se hable mejor. No lo retrases por que sea una conversación difícil e intenta verlo como una oportunidad y no como un problema o como mínimo intenta sacar la parte positiva de la situación. Hay que tener voluntad para querer resolver el conflicto.
  • Saber comunicarte: ser asertivo sabiendo exponer tus opiniones pero a la vez respetando las ajenas. Habla del hecho y no de la persona. Empatiza. Es importante también saber reconocer errores y pedir perdón así como saber perdonar.
  • Saber escuchar: es importantísimo escuchar a la otra parte y entender su punto de vista y necesidades (sin juzgarlo). A veces parece que sólo nos interesa contar nuestra versión y a partir de entonces desconectamos pero es imprescindible prestar atención al 100% a la otra parte.
  • Reconocer las emociones: entender cuál es tu reacción ante los conflictos y a la vez ser capaz de ver y entender las emociones de la otra parte.
  • Autocontrol: una vez entiendes tus reacciones ante un conflicto es importante gestionarlo bien y abordarlo con calma y respeto.
  • Habilidades de negociación: capacidad de llegar a un acuerdo y de que sea “gano-ganas” (colaborativo y no competitivo).

Es normal que existan conflictos en el día a día con familiares, con amigos, en el trabajo…) ya que al fin y al cabo todos somos diferentes y vemos las cosas de forma distinta pero lo importante es saberlos manejar y que se solucionen de forma favorable para ambas partes.

¡Espero que te sirva!

¡Feliz día!