En un mundo tecnológico, en el que la transformación digital, la inteligencia artificial, el Big Data, el Internet de las cosas, la realidad aumentada, nos hace prever un mundo más deshumanizado, solo las empresas que sigan teniendo el foco en las personas, en cuidar sus emociones y las relaciones entre ellos, marcarán la diferencia.

Y por esta razón ahora que es el momento de renacer, de reilusionarnos, de salir fortalecidos de épocas donde el cortoplacismo nos hace descuidar la dedicación al activo más importante de las empresas, sociedades y comunidades: las personas. Para cuidar a nuestra gente, tenemos que ir a los básicos, y analizar cómo conseguimos fomentar su bienestar dentro y fuera de las organizaciones.

Nosotros, en la empresa en la que trabajo, hacemos muchas cosas para favorecer el bienestar de todos. Este año ha sido el año de Wellbeing precisamente, por lo que hemos puesto en marcha iniciativas para encontrarnos mejor física y mentalmente. La fiesta de Navidad para nuestros pequeños, los Familiy Days, y también campañas de desarrollo como el Mentoring Interno, plataformas on-line para formación interna y por supuesto todas las iniciativas de voluntariado de la Fundación, que nos permite devolverle a la sociedad, sobre todo a los más desfavorecidos, lo que nos ha dado.

Hay estudios que analizan qué es lo que nos hace vivir más y mejor, y en contra de lo que pensamos, la razón número uno no es ni tener una dieta sana, o dormir bien, ni hacer ejercicio, ni evitar un trabajo estresante, ni respirar en zonas menos contaminadas, etc… que por supuesto contribuyen a nuestra longevidad, la razón principal para vivir más y mejor está sustentada en la calidad de nuestra relaciones sociales.

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como mujeres y hombres de conocimiento. Los antropólogos han definido los toltecas como una nación o una raza pero de hecho eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. El conocimiento tolteca se describe como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor a través de la mejora de sus relaciones personales, a través de cuatro acuerdos (“Los cuatro acuerdos” por Dr. Miguel Ruíz) y esto es lo que hoy me gustaría compartir con vosotros:

El primer acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Este punto parece muy simple, pero es sumamente poderoso. El lenguaje genera acción. El lenguaje no es inocente. Y a través de nuestro lenguaje somos percibidos. No somos lo que pensamos que somos. Somos lo que los demás perciben de nosotros. Y todo lo que perciben de nosotros lo perciben por lo que decimos y por cómo lo decimos. El lenguaje genera realidades. Y el lenguaje no es solo lo que decimos, sino CÓMO lo decimos, nuestro lenguaje no verbal, y la emoción con la que lo digo, llega antes a mi interlocutor que las propias palabras en sí. Maya Angelou nos decía: “No recordarán lo que dijiste, pero siempre se acordarán de lo que les hiciste sentir”.

El segundo acuerdo es no tomarse nada personalmente. Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Pero tampoco el más grande de los halagos. Quien te ofende tiene un veneno que descarga contra ti por no saber cómo deshacerse de él. Quien te alaga alimenta tu ego, y hace que disminuya tu humildad. O dicho de otra manera, recibamos cualquier tipo de feedback como un regalo. El feedback es la base de nuestro crecimiento personal.

El tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que al hacerlo creemos que lo que suponemos es cierto. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen, sobre lo que piensan y después pensamos que es la realidad. Nos pasamos la vida suponiendo. En vez de preguntar a la otra parte, tendemos a creer que sabemos exactamente por qué dijo e hizo cada cosa que nos afecta. En vez de suponer, lo mejor que podemos hacer es acercarnos al otro, hablar, entender su posición, y a partir de esa información podemos empezar a hacernos un mapa de la situación para ver cómo enfrentarnos a ella. Generemos conversaciones.

El cuarto acuerdo es: Haz siempre lo máximo que puedas.¿Y como sé si he hecho lo máximo que puedo hoy…? Para trabajar en este autoanálisis os sugiero una herramienta, hacernos autocrítica diariamente y la mejor hora para hacerla es por la noche antes de acostarnos. Reflexionar sobre lo que hemos hecho bien y lo que es mejorable… y escribirlo. No lo haremos todo perfecto siempre, pero ser consciente de ello nos ayudará a avanzar y a sentirnos mucho mejor. Hoy en día, en el campo del desarrollo de talento, la capacidad de self-awareness o autoconocimiento es el pilar de las personas con alto potencial.

Ahora es el momento de tomar consciencia de si cumplimos o no con estos acuerdos, y si realmente nos pueden ayudar a mejorar nuestras relaciones con los demás, en el entorno personal o el profesional…

En resumen, las empresas preocupadas por fomentar y facilitar conversaciones difíciles, el feedback constante, el autoconocimiento y la humildad para reconocer áreas de mejora y la evaluación constante, favorecerán el bienestar de sus colaboradores, de sus ecosistemas de partners y canales de distribución y por tanto, serán más rentables.