¿Cuál fue la última vez que te sentiste realmente agradecido por lo mucho que te gusta y disfrutas tu trabajo? ¿O la última vez que sentiste, por un momento, que no podrías imaginarte haciendo cualquier otro trabajo, sino este? O, ¿ese momento en el que tu trabajo te estaba dando tantas alegrías que parecía casi como un sueño?

Basándonos en los resultados de la Encuesta del Índice de Cambio de Deloitte, el 80% de los americanos no están felices con sus trabajos, es probable que tú también estés experimentando esta situación. La causa más probable, es la falta de conexión con tu propósito. Cuando alguien está motivado por su propósito, aumenta muchísimo su resiliencia. Un ejemplo perfecto de esto es Nelson Mandela, que consiguió sobrevivir 27 años en la cárcel gracias a tener claro su propósito. La claridad del propósito proporciona una autorrealización increíble y puede crear un impacto y unos resultados sobrehumanos en tu trabajo.

Desafortunadamente, en el colegio no nos enseñan a conectar con nuestro propósito. Nuestro sistema educativo no está diseñado para ayudar a la gente a encontrar un trabajo que les dé un sentido de propósito. Algunos tienen la suerte de descubrir naturalmente su propósito a una edad joven y lo pueden ir perfeccionando con el tiempo.

Pero para el resto de nosotros, el descubrimiento de nuestro propósito puede ser un laberinto sin fin. Es por eso que hay tanta gente que se conforma con un trabajo que no le llena, o que deja que su sueldo le compense la falta de autorrealización. Están convencidos y se han resignado a la idea de que el trabajo que les hace verdaderamente felices, ya no es algo real ni posible para ellos.

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Mi trabajo trata de cambiar todo esto. Tener la sensación del propósito en el trabajo, debería ser un derecho humano. Es la esencia de nuestras necesidades humanas, y afortunadamente también es algo que abunda y podemos coger cuando queramos. Mi obsesión profesional es determinar cómo se accede a este potente recurso, para mí mismo y para los demás. La buena noticia que descubrí es que, en realidad, conectar con nuestro propósito es más fácil de lo que parece o podamos pensar.

Los puntos de acceso a tu propósito están en tu historia y tu psicología. Estos elementos explican por qué lo que le da un sentido de propósito a una persona, no se lo da a otra ya que a esta se lo dará otra cosa. Seguramente tu propósito esté vinculado a algún reto de tu vida que hayas afrontado y que has superado. El propósito está basado en un conocimiento muy íntimo y en la capacidad de relacionarse con otras personas. Esta conexión interna proviene de algo que tú mismo has sentido o vivido. Así que,cuando ves que otra persona está pasando por lo mismo, te sientes identificado y hay algo dentro de ti que se siente alineado con esa persona.

Hay infinidad de historias que hablan de esta idea. La misión de Howard Schultz, el propietario de Starbucks, era proporcionar beneficios (a parte del sueldo) a sus empleados, porque vio cómo sus padres trabajaban por un salario mínimo, pero sin otros beneficios. Para Schultz, ofrecer seguridad y algún tipo de hogar a las personas, formaba parte de su propósito. Este propósito se relaciona claramente con su infancia, ya que vivió desde pequeño en la pobreza.

Es por eso que cuando contratas, es muy importante que los empleados tengan una conexión personal con la misión de la empresa. Si es así, se involucrarán no solo con la cabeza sino también con el corazón. Esto hará que aumente muchísimo su rendimiento y tendrás acceso a una fuente ilimitada de energía y motivación. Howard Schultz no se aburrirá nunca con su propósito, él seguirá innovando y pensando en nuevas maneras de fomentar su propósito. Aunque parezca un poco contradictorio, un propósito con un enfoque claro te abre la mente, permitiéndote generar ideas creativas interminables para actualizar tu propósito.

Para muchos de nosotros, el propósito es el eslabón que falta en nuestra búsqueda de la autorrealización y el éxito. Afortunadamente, como puedes ver aquí, descubrir por ti mismo este eslabón “perdido”, es más fácil de lo que imaginas. Por eso te invito a que, de una vez por todas, TE COMPROMETAS a descubrir tu propósito. A partir de aquí, el siguiente paso es encontrar el apoyo para convertir tu propósito en un plan de carera, para hoy y para el futuro. Como consecuencia, experimentarás una sensación de éxito inimaginable y muchísima alegría ¡garantizado!