¡Hola!

El post de hoy va dedicado a todos aquellos directivos y jefes de equipo a los que les cuesta delegar. A veces es difícil reconocerlo en uno mismo o aceptarlo porque todos queremos ser grandes líderes pero  para mejorar, el primer paso es reconocerlo. Si aceptas el reto y te atreves a aceptar que ese es tu caso, hoy te daré motivos para querer cambiar.

Delegar no es dar tareas que no te gustan o tareas sencillas porque no confías en dar tareas importantes. Delegar es confiar plenamente en las personas de tu equipo, darles autonomía, definir el QUE pero no el COMO, que sepan que estás ahí por si te necesitan pero no ser controlador o querer las cosas sólo a tu manera.  Delegar es permitirles trabajar a su manera tras unas pautas definidas, dar responsabilidad, hacer crecer a tu equipo, permitir que se desarrolle, confiar en que puede hacerlo muy bien y una vez acabado el proyecto, supervisarlo y dar feedback.

¿Qué hace que  a veces los jefes no sean capaces de delegar?

Ideas limitantes: no sabe, es lento, ya lo he intentado otras veces con él

Tiempo: pensar que pierdes más tiempo en explicarlo que en hacerlo

Experiencia/conocimiento: pensar que tú lo sabes hacer mejor

Estos son algunos ejemplos muy típicos pero hay que acabar con esto. Quiero darte respuesta a cada uno de ellos:

Ideas limitantes: plantéatelo de otra manera, si no sabe, enséñale, si es lento, ayúdale a que sea más rápido y productivo, si le has dado tareas otras veces piensa en cuanto te gustaría a ti también que te dieran otra oportunidad. ¡Igual incluso alguna vez te la han dado!

Tiempo: pensar que puedes destinar tu tiempo a otra cosa y que una vez sepa hacerlo podrá hacerlo más veces

Experiencia: pensar que nadie nace enseñado y que todo experto es alguna vez un principiante

delivering_happiness_1

Identifica que hace que tú no delegues y cambia por tu propio bien y el de tus empleados. ¡Será WIN-WIN!

¡Feliz día!